El taladro es la herramienta universal por excelencia y no debe faltar en el hogar; sin embargo, para trabajos más pesados existe el rotomartillo. Conoce cuáles son sus características y qué es lo que los diferencia, para que en tu siguiente reparación utilices la herramienta correcta.
Taladro:
Esta herramienta se creó para hacer agujeros en materiales duros (metal o fierro) mediante una broca. Puedes atornillar, desatornillar, lijar, afilar y esmerilar superficies. Mientras mayor sea la potencia de nuestro taladro, más trabajos podremos realizar. Con las velocidades lentas se trabaja sobre acero, vidrio u hormigón, y con velocidades más altas sobre madera y materiales blandos. Existe gran cantidad de accesorios en el mercado que complementan a esta herramienta, ofreciendo mayores posibilidades para trabajar.
Rotomartillo:
Esta herramienta es perfecta para trabajar sobre hormigón, losas y pisos, y es más potente que un taladro convencional. Solo existen los rotomartillos eléctricos y te ofrecen gran versatilidad en sus usos. Su función principal es taladrar por percusión y permite hacer tareas de cincelado con la broca adecuada, además de perforaciones en hormigón, roca y ladrillo.
En conclusión, ambos son funcionales, pero la primera herramienta está diseñada para materiales más suaves y periodos cortos de tiempo; por el contrario, un rotomartillo funciona perfectamente para trabajo rudo y puede trabajar por periodos largos.
Ahora que conoces más de cada herramienta puedes explotar sus usos en tus reparaciones, construcciones e instalaciones.